Según Forbes: El interés por los factores psicosociales de los centros de trabajo no es nuevo. Desde 1984 existía un informe mixto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de Salud (OMS) que aludía al tema. Desde entonces se han creado normatividad en países de Europa (bajo legislación de la Unión Europea), Asia y Oceanía. En Latinoamérica destacan Uruguay, Argentina, Puerto Rico, Brasil, y con más énfasis en los riesgos psicosociales Chile, Perú, Venezuela y Colombia. México se ha alineado con la tendencia desde 2016.
El problema no es menor si sabemos que, según la OMS, para 2020 la depresión será la primera causa de discapacidad en países en vías de desarrollo, como el nuestro. También se incrementan la adicción al alcohol, al tabaco, o síndromes propios de entornos laborales, como el burnout (síndrome de trabajador quemado) o la ansiedad. No sólo eso: el estrés laboral puede acelerar la aparición de padecimientos como hipertensión o diabetes.
El sistema
El sistema EmoRisk se basa en la detección de emociones diarias de los empleados al ingresar y salir de su lugar de trabajo, proporcionando un reporte diario y mensual tanto de las emociones como también de los horarios de entrada y salida, además de remarcar alertas diarias o cambios significativos en las emociones y sentimientos de los empleados, permitiendo a las organizaciones identificar los factores o focos que generan niveles altos de riesgo en los empleados, evitando efectos negativos como problemas de salud mental, accidentes o enfermedades laborales.
Este monitoreo y detección en tiempo real permite: